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I.E.VIRÚ

QHAPAQ NAN, PATRIMONIO CULTURAL

Patrimonio excepcional,

Qhapaq Ñan o camino principal.

Eres la columna vertebral,

distinguida  obra monumental.

 

Tus caminos llenos de riqueza,

vías creadas con grandeza,

consagrada trayectoria de belleza,

abrazada por viviente naturaleza.

                                                           

La extrema geografía no fue impedimento,

para demostrar al mundo tu cimiento,

encantando a la Unesco  con tal monumento,

digno de internacional reconocimiento.

 

Hablar de nuestra historia y arqueología,

ya no es un sueño,  ni una fantasía,

pues hincha nuestro corazón con algarabía,

las muestras de unión, cultura y mitología.

 

Esos  60, 000 kilómetros de extensión,

despiertan mi adolescente emoción,

como mi Virú querido lleno de tradición,

con su  Queneto eterno  genera sensación,

al foráneo y al paisano son de gran atracción.

 

Camino inca, legado de mis antepasados,

tus panoramas milenarios aún conservados,

por muchos años anduvieron olvidados,

más ahora… a hombres y mujeres dejan maravillados.

AUTORA: DANIA ALEJANDRA, SANCHEZ COSTILLA.
ÀREA: POEMA
GANADORA: JUEGOS FLORALES ESCOLARES NACIONALES.
ASESOR: JORGE CARLÌN, ALVAREZ VENEGAS.

¡VIRÚ!, QHAPAQ ÑAN ERES TÚ

Senderos agrestes, con admiraciones pedagógicas

red de caminos que atraviesan ruinas arqueológicas

unes la  cultura prehispánica,

más allá de la corriente oceánica.

¡Qhapaq Ñan!, maravilla de la naturaleza

la gran serpiente de plata es tu grandeza,

despiertas mis íntimas fantasías

con dulces y suaves  melodías.

Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina

enmarañan los caminos del inca cual serpentina;

iniciativa de pueblos andinos sin precedentes,

que congrega historia, geografía y otros componentes.

Eres orgullo y sentimiento de cultura,

sabiduría ancestral con mil y una aventura,

caminos que nos unen, legado de tradiciones;

por incas construidos, despiertas sensaciones.

Tus senderos conectados,

hasta la fecha conservados,

se unen a tu columna vertebral

cual enigma en ruta sideral.

Esta muestra de armonía,

llena mi alma de alegría,

¡Qhapaq Ñan!, orgullo del Perú,

como Queneto, Tomabal y Mochán en Virú,

monumentos deslumbrantes, de vetustos caminantes.

AUTORA: CYNTHIA  RUIZ SALAZAR.
ÀREA: POEMA
GANADORA: JUEGOS FLORALES ESCOLARES NACIONALES.
ASESOR: JORGE CARLÌN, ALVAREZ VENEGAS.

LOS ENCANTOS DEL SHAUGA DE VIRÚ

¡Burrr…!,¡Burrr…!, ¡Burrr…! abran paso señores, los Incaicos de Virú están saliendo de la mayordomía,  henchidos de felicidad. Luego de su encuentro gastronómico con la popular boda viruñera, asentada con el vino típico de los incas; se aproximan a la iglesia San Pedro. Los danzarines,  ataviados con trajes multicolores,  asoman por el jirón Sucre, encandilando con sus pasos de fuego a devotos y peregrinos de la Mamita de los Dolores, se entremezclan los ritmos con la entrada de bandas, cohetones y cadencias folclóricas. Los sonidos de las concertinas y las quijadas del jumento fenecido inquietan mis sentidos;  también distingo en un punto concurrente de la Plaza de Armas a las comparsas folclóricas y mojigangas tradicionales de mi querido Virú: “Los Serranitos”, “David y Goliat”, “El Gran Señor de Virú” todas ellas se congregan en un mar de algarabía.

 

Los pobladores delirantes de emoción y los hijos  migrantes retornan a su terruño luego de un largo éxodo. Levantan sus manos, revolotean sus pañuelos al aire y las ventanas de su alma dejan ver las perlas cristalinas que avivan su emoción.  Corean a todo pulmón la  popular marinera: “Virú valle de tradiciones, voy a cantarte tierra querida  y decirle al Perú entero que te quiero de corazón, quiero que sepas que eres la tierra; la tierra linda donde he nacido,  donde he soñado, donde he crecido,  eres la tierra de mi pasión ¡Soy viruñera, como mi abuela, como el dulce de la ciruela”… Con el jolgorio propio de mis paisanos nos situamos en el éxtasis  de las celebraciones patronales en homenaje a los santos patronos: “La Virgen de los Dolores”, “El Señor de la Sangre”, “El Señor Crucificado”, “Señor de los Milagros”, “Virgen del Carmen” y “San Isidro Labrador”.

 

Así empieza esta fantástica historia que se remonta al año 1925 y al fervor religioso de los hermanos Julio y Mariano Quintana de la Cruz, ellos iniciaron esta aventura para rendir reverencia  a la “Mamita de los Dolores” y se empecinaron en fundar una banda típica; pues las ideas mariposeaban en sus cabezas; sin embargo, no encontraban la forma para exteriorizar su entusiasmo y agradecimiento a su santa patrona por la vida, la salud y por las  cuantiosas cosechas conseguidas.

 

Cierto día de sol brillante, en las faldas del cerro Napo, don Julio anduvo refrescando con lágrimas de vida a sus sembríos. Inesperadamente de este titán de piedra emanaron melodiosas y cautivantes sinfonías que se oían en el silencio de la nutrida chacra.

 

El extrañado campesino, avizoró a lo lejos un resplandor inusual, la curiosidad no cabía en su cuerpo; se fue acercando sigilosamente al lugar, escaló un montículo de tierra, se acostó sobre la hierba fresca, alzó  la mirada y logró distinguir a un misterioso personaje que, entre neblinas fantasmales, emergía del cerro, entonando ritmos inusuales, acompañados de  sinuosos y ágiles movimientos. Este personaje, al notar la presencia de don Julio cesó de danzar y preguntó: ¿Qué haces en mis sembríos?, el hombre atemorizado echó a correr  como  alma que lleva el diablo; aun así, el desconocido le dio alcance e insistió ¿Qué haces por aquí? El hombre con la mandíbula pesada reveló que le atrajeron unos fascinantes sonidos. El misterioso personaje se carcajeó manifestando que se trataba del culto a su Dios hacedor de todas las cosas, AIA-PAEC, yo soy su servidor y me llaman el Shauga, -dijo-  pues le rindo homenaje para que mis  cosechas sean fructíferas. Dicho esto se esfumó como niebla que se desvanece con los primeros rayos del sol.

 

El campesino con la cara de pan crudo cayó desmayado;  luego de unas horas abrió sus ojos y el sol pintaba el cielo con rojizo y anaranjado color, algo atolondrado emprendió el retorno a su casa, en el trayecto pensó en lo sucedido y en sus adentros quedaron grabados los sonidos cautivantes,  meditaba que las costumbres de su pueblo se estaban perdiendo y anhelaba  revalorizarlas con una danza  en agradecimiento a su santa patrona, la Mamita de los Dolores, tal cual el Shauga le rendía homenaje a su Dios AIA-PAEC.

 

Ni bien llegó a casa, don Julio se tendió sobre su hamaca y en un sueño empezó a rememorar el baile del Shauga a su Dios quien le bendecía con tierras fértiles que se extendían por Zaraque, Tomabal, El Niño y Queneto, vetustas  vías que unen la costa con la sierra  liberteña y se convirtieron en rutas de la antigua cultura Gallinazo y posteriormente en rutas del Inca.

AUTORA: ABIGAIL SAAVEDRA ESPINALES.
ÀREA: CUENTO.
GANADORA: JUEGOS FLORALES ESCOLARES NACIONALES.
ASESOR: JORGE CARLÌN, ALVAREZ VENEGAS.

© 2016 por  Luz Gabriela Salazar Avila  

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