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CREACIONES

LOS ENCANTOS DEL CERRO BITÍN

Cuéntase una vez que una pareja de ancianos se dedicaban a la transformación de algarrobos en  carbón, este trabajo lo realizaban entre los montes de San José y las faldas del cerro Bitín,  para ello buscaban los árboles secos, los extraían desde su  raíz y de los troncos gruesos derivaban el carbón, luego lo vendían. Esta actividad se había convertido en la fuente de su pobre sustento económico.

 

Cierto día recibieron una visita inesperada, en su rústica casita de adobe y quincha, se trataba de un caballero alto y agringado con trazas foráneas nunca antes visto por el lugar, el mozo empezó a preguntar si lo que vendían era lo suficiente para su sustento diario. El anciano leñador respondió: a veces se vende el carbón y eso solo alcanza para la comida, aunque con la gracia del Señor, ahí la pasamos aunque sea entre penurias.  El misterioso personaje realizó la siguiente invitación: yo tengo mi cobijo el aquel sitio y señaló el cerro Bitín, ve anciano amigo, mañana muy temprano y asegúrate de ir solo que nadie te siga, lleva tu alforjita yo voy a dejarte tres carboncitos detrás de una gran piedra, la única que hay en la zona. Con mucha incertidumbre y extrañeza el carbonero aceptó la invitación porque no tenía nada que perder, solo su humilde condición.

 

En las primeras luces del nuevo día, el anciano se dirigió al lugar del acuerdo y allí observó una enorme piedra, aunque no advirtió casa alguna, pensó que el forastero le había tomado el pelo, se volteó para regresar a casa, aunque se acordó que el ofrecimiento del foráneo estaba detrás de la gran piedra, se acercó y allí encontró un manojo de tronquitos con características muy peculiares, sus colores se asemejaban al dorado del sol y al negruzco del carbón, los recogió e introdujo fácilmente en su alforja, luego emprendió su camino de retorno a casa, en el transcurso sentía en su corazón una extraña sensación comparada con su fe inquebrantable en el Señor.

 

La anciana lo esperaba ansiosa y salió a su encuentro, cuando lo tuvo en frente, reparó su rostro pálido y exhausto, ni bien pisó su hogar el hombre manifestó  a su esposa que quería descansar. He preparado unos camotes sancochados y un tesito -ofreció su cónyuge- no pude cocinar nada más; porque faltó el carbón. No te preocupes mujer, he traído unos carbones con esos cocinarás mañana, tan pronto dijo esto se entregó a los brazos de Orfeo y quedó profundamente dormido.

 

Con el canto del gallo, muy temprano, la hacendosa mujer se despertó para preparar el desayuno y se dirigió a la alforja para utilizar los carbones. Grande fue su sorpresa al encontrar un manojo de troncos bruñidos además de medio saco de monedas de oro, todos ellos resplandecientes iluminaban la escena de la humilde vivienda, sin saber qué hacer atinó a pegar un grito y  sacó al soñoliento anciano de sus aposentos.

 

_ ¿Qué te ocurre mujer? interrogó. ¡Somos pobres! pero no tenías por qué robar –le replicó su consorte; sin comprender la acusación se dirigió hacia la  alforja y encontró los tesoros. El longevo detalló la obtención de la fortuna y ambos coincidieron que se trataba del gentil*, consideraron que el mítico personaje los  ayudó porque constató su humilde condición y seguramente se conmovió de sus ruegos y pesares.

 

Con el trascurrir de los días los ancianos no sabían qué hacer con las reliquias y tampoco se atrevían a venderlas; sin embargo, la mujer cayó muy enferma y su compañero espiritual se vio obligado a gastar lo poco que tenía. En aquellos momentos de ansiedad hizo su aparición el gentil, esta vez para decirle al apenado esposo que podría gastar lo necesario, con la condición que no dijera a nadie de dónde había obtenido la riqueza. El anciano con sencillez y humildad obedeció y con la venta de unas monedas de oro pudo remediar a su esposa.

 

*gentil: habitante ancestral de la cultura Gallinazo.

 

 

Luego de este feliz acontecimiento, el anciano se reunió con su cónyuge y acordaron sacar “provecho a su botín”, en tanto lo primero que adquirieron fueron terrenos, caballos, cabezas de ganado, trajes y sombreros de palma dignos de poderosos patrones.

 

Cierto domingo, decidieron ir de paseo al pueblo,  montaron en su mejor caballo, lucieron ropa blanca y sombreros de palma.  Los pobladores y autoridades se sorprendieron al verlos llegar tan majestuosos, estos últimos comenzaron a indagar quiénes eran esos insólitos personajes, llegando a sus oídos que se trataba del anciano carbonero y su esposa, el bicho de la envidia comenzó a carcomerles el corazón y no contentos con eso, las envidiosas autoridades decidieron ir en busca de los ancianos hasta su humilde casa.

 

Ya en el lugar, simulando modestia empezó el riguroso interrogatorio: ¿Disculpe la indiscreción  - decía el Subprefecto- pero la verdad es que nos gustaría saber ¿cómo han adquirido los bienes que ahora poseen? las malas lenguas del pueblo manifiestan que ustedes son unos ladrones. Ante esta injuria, el anciano exacerbó sus ánimos, pero recordó el trato que hizo con el gentil: no contar a nadie de dónde había obtenido la riqueza y se quedó callado, aunque con mucho disgusto. En vista que no contestan manifestó el Alcalde, solicitaremos al Fiscal para que embargue lo que tienen porque es de procedencia dudosa. Nadie se puede convertir en rico de la noche a la mañana, aquí hay gato encerrado, agregó. Dicho esto se retiraron del lugar  y desde luego los ancianos se quedaron muy tristes, no por la pérdida de sus pertenencias, sino por el temor de perder su libertad.

 

Al siguiente amanecer, recibieron la grata visita del gentil quién todo lo oía y lo sabía y ni bien los ancianos lo saludaron, él les indicó que estaba enterado de lo sucedido, por tanto deberían escuchar con atención lo que debían manifestar…

 

 

 

Ve al pueblo y di a las autoridades con detalles cómo has obtenido las riquezas, seguramente pedirán que los acompañes. Llévalos hasta el lugar, pero tú  no debes acercarte a la puerta dorada, ubicada al costado de la gran piedra, observarás en ellos el placer de la codicia y te pedirán que toques la puerta. ¡No lo hagas!, deja que ellos se regocijen con su placer y queden extasiados con lo que ven sus ojos; aunque los tuyos no verán nada, ya que tu corazón es limpio y humilde, después de eso dejarán regados los troncos que tú conoces, recógelos, en seguida regresa a tu casa con tu esposa.

 

Todo lo dicho se cumplió al pie de la letra,  el anciano ni bien terminó de narrar la versión, las autoridades lo amenazaron y obligaron para que los lleve al lugar de los hechos. Allí, los afanosos observaron un manojo de tronquitos; pero al costado de la piedra se notaba una puerta dorada, estos creyendo que había más riquezas dejaron tirados los troncos y decidieron tocar la puerta, que ni corto ni perezoso se abrió.

 

El anciano recogió los troncos, luego regresó a su casa. Mientras tanto el Alcalde gritaba de emoción y decía a los otros ¡somos ricos!, ¡somos ricos! mira lo que hay dentro de ese paradisiaco lugar es semejante al encanto de las cataratas de la Condornada: mazorcas de maíz, racimos de ciruelas, cañanes, plantas de algarrobos y todo tipo de riquezas resplandecían como el sol del amanecer, definitivamente era una maravilla que incitaba a saquearla, entraron a empujones con ojos de fuego y ni bien traspasaron la puerta,  el telón de la vida cayó. El cerro Bitín los atrapó en sus profundidades de este modo las autoridades pagaron su ambición y no se volvió a saber más de ellos ni tampoco del gentil, personaje mencionado por mis progenitores en sus relatos que enriquecen mi pueblo y se han prolongado de generación en generación  hasta nuestros días…

 

 

Érase una familia que vivía a las faldas cerro Bitín, conformado por una pareja de esposos y su hija Mandira. Un día sus padres se preguntaban ¿Qué comerán hoy?, y a la vez sentían desesperación por qué no sabían que preparar, puesto que no tenían provisiones.

Cierto día Mandira le pide a su madre comida, ella angustiada no le responde; la niña al darse cuenta le dice: “Madre, no importa si no comemos; lo más valioso es la unión familiar y que Dios siempre está con nosotros”.

A la mañana siguiente María, le cuenta a su esposo lo que le había dicho su pequeña, el papá al escuchar eso se quedó asombrado de que  Mandira con tan solo 07 años de edad, ya lograba entender la situación por la que ellos atravesaban , al anochecer Mandira le dice a su mamá que le narre un cuento, su  madre le empieza a relatar una historia y le dice : Mi pequeña cuando yo era jovencita una vez me dijo un señor que encontré en la calle, que los jóvenes somos náufragos en busca de agua y lo único que hacemos es beber el agua salada, aquella que trae daños a la juventud como : el alcohol, drogas, tabaco, pornografía, rebeldía y desmanes son agua de mar, y que  quienes la beben no mitigan su sed, al contrario mueren más rápido . Mandira le dijo: ¿mamá y que es esas cosas del agua salada?, su madre le respondió mi pequeña con el tiempo comprenderás lo que te acabo de narrar.

 

Al siguiente día su padre le dice que saldría en búsqueda de trabajo, Mandira le dice: “Papá, yo soñé que encontrarías un trabajo”, su padre asombrado responde: Mi pequeña Mandira, espero se cumpla y se haga realidad tu sueño, bueno es hora de salir en la búsqueda. Caminando el padre por la carretera, le grita un señor, llamándolo Sergio, Sergio; asombrado el padre de Mandira voltea y se da cuenta que un señor lo estaba llamando, al oír su llamado va a hacia aquel señor y le dice: ¡Me estaba llamando!, Tú eres Sergio; el padre responde: Si así me llamo, y ¿cómo sabe mi nombre?, un amigo mío me dijo que vendría un señor con tus misma características y que su nombre es Sergio y es carpintero; el padre de Mandira asombrado le responde: Si soy yo; el otro señor dice: Mi nombre es Tomás y ya dime aceptas trabajar conmigo?. Sergio responde: Pues claro que si Tomás, bueno empecemos ahora mismo Sergio, Tomás le dice: Empieza por aquella puerta que está allí. Al atardecer Sergio llega a su casa, y Mandira le pregunta ¿Papá cómo te fue?, El padre feliz le responde: Mi pequeña tenías razón encontré trabajo y mucho mejor aún me pagaron por lo que hice, la pequeña feliz abraza a sus padres a la vez. A Sergio le va tan bien en su trabajo, pero a medida que paso el tiempo, Mandira empezó a sentir un cansancio, no muy común en su aptitud que reflejaba hace unos años atrás.

 

Después de 11 años, cuando Mandira cursaba el quinto año de educación secundaria, su maestra de matemática pregunta quien quería salir a la pizarra y Mandira con esa alegría, felicidad y una alumna destacada, levanta su mano que ella saldría a la pizarra, la maestra Miel le sede la tiza y al momento de ponerse de pie Mandira siente un cansancio, al momento que avanza hacia la pizarra, Mandira se desmalla. Los alumnos y la profesora asustados, la tratan de hacer reaccionar, pero Mandira no reaccionaba, en ese instante llaman a la auxiliar, para que haga algo al respecto, pero puesto que la pequeña de Sergio y María no reaccionaba, por ello la trasladaron al centro de salud más cercano, los doctores y las enfermeras la trataron de hacer reaccionar, después de 15 minutos Mandira reacciono.

Tras lo que sucedió el colegio se encargó de informarles a sus padres, ellos al enterarse, fueron al hospital y se dieron con la sorpresa que su pequeña a la que amaban estaba en una camilla, al verla así recurrieron buscar al doctor y los mando a que fueran a tramitar sus papeles, para que le saquen la tomografía, y así podrían saber la causa del desmayó, al realizarse el trámite. Al día siguiente a Mandira se le sacaría la tomografía, al llegar aquel día Mandira y su Madre ansiosas esperaban el resultado, pero el doctor informo que al día siguiente estarían sus resultados a primera hora, y al anochecer Mandira le dijo a su madre que le narre una de esas historias hermosas que le contaba antes, ella responde:

Mi pequeña Mandira cuando yo era una niña, tu abuela me contaba unas historias de nuestro pueblo, pues cuenta que en el atractivo turístico de Virú, el conocido balneario  de puerto Morín, hace muchos años una muchacha muy hermosa salía de su casa con rumbo a la orilla de la playa, pero todo ese trayecto de llegar era cantando y entonando unas hermosas melodías con su guitarra, cierto día su padre va a verla para que cenen, y se da con la sorpresa que su bella Corín no estaba en su casa, y que sus huellas se dirigían a la playa, el padre no dio importancia a ese acto y decidió esperarla.

Al día siguiente nuevamente pasó el mismo episodio y de ser una diversión y pasatiempo se volvió costumbre de todas las noches. El padre enojado decidió castigar a la muchacha, de tal forma que no vaya a la orilla, ya que en las últimas semanas empezaba a notar ciertos cambios de aptitud en su hija y eso le preocupaba.

La muchacha sin importar el castigo impuesto por su padre fue nuevamente a tocar y cantar a la playa, el padre entristecido decide marcharse al pueblo con su bella hija. La muchacha enojada de tal decisión decide irse de su casa, el padre mando a buscar por años a su bella Corín, sin ningún éxito alguno.

Años más tarde, cuentan muchos bañistas y pescadores de la zona haber visto en noche de luna llena una bella mujer con características a aquella muchacha que hace años desapareció con una inmensa cola de pescado cantando y tocando su guitarra a orillas de la playa; se presume que el mar encanto a aquella muchacha y convirtió en una hermosa sirena.

Al momento de terminar de narrar la madre el cuento a Mandira, le dice la doctora que tiene que ir a firmar unos papeles, al quedarse Mandira en su camilla llega un su Tía y le pregunta cómo estaba y ella le responde que bien, al instante llega un vigilante que estaba en la puerta del hospital y le dice que aquella virgen que estaba arriba en la pared debajo de su camilla, tiene una historia y que la virgen de los Dolores es muy milagrosa, aquella Virgencita apareció un día en los pasillos de Unidad de cuidados intensivos, tirada en el piso, pero nadie se explicó en ese momento cómo llegó, y que una de las enfermeras miro a aquel cuadro  lo tiro una señora creyente de la Virgen de los dolores, pero aquella señora le pidió a la Virgen de los Dolores que le haga el milagro de salvar a su esposo que estaba muy enfermo, y que los doctores ya no le daban más tiempo de vida, y que sólo un  milagro podría salvarlo, al morir el señor la señora tiro la imagen de la virgen a fuera de la puerta de U.C.I , pero aquel cuadro ha hecho muchos milagros, ya que muchos llegan a verla aquí  en este lugar donde estás Tú, ya que es muy milagrosa y muchos la adoran, bueno dijo el vigilante me tengo que ir, un gusto hablar contigo princesa tengo mi hija de tu misma edad y espero te recuperes, pídele a la virgen que te cuide, ilumine y este contigo, Mandira al escuchar esas palabras le dijo gracias señor si eso hare y espero que todo salga bien, la Tía de Mandira responde y le dice si mi pequeña estarás bien, se quedó a dormir con ella , pero antes de dormir Mandira le pidió a la virgen que no le salga nada grave en sus resultados, y que no tenga ese edema cerebral que se temían los doctores, bueno virgencita sé que me aleje mucho de Dios, pero te prometo que estaré en la misa con ustedes de regreso y sabes así este mal, luchare por ser la misma jovencita con esos ánimos y fuerzas de siempre, Mandira se queda dormida, y es inexplicable, porque en su sueño se le revela aquella virgen que venía con el doctor a verla, y donde el doctor le decía que no había salido nada en sus resultados y que estaba bien, que solo fue una falsa  alarma debido a una fuerte migraña y con medicamentos y masajes todo estaría bien.

Al día siguiente Sergio llama a su esposa, diciéndole: María mi jefe que dice que me ascenderá, pero tengo que prestarme hacer cosas ilícitas, robarle a la empresa, y que necesita una persona como yo para hacer esas cosas y si no acepto me despedirá, pero no sé qué hacer mujer, María le dice, pero Sergio necesitamos el dinero, Mandira está mal y lo necesitamos, pero has lo mejor Sergio, mujer tienes razón eso hare. Al llamarlo su jefe para que le diga cuál era su respuesta, Sergio le dijo a pesar que necesito el dinero y así me quede en la calle y mi hija esta mal buscaré otros medios para seguir adelante y salir de esta prueba que Dios me ha puesto en el camino, Sergio les dice eso y se da la vuelta y se dirige hacia la puerta,  su jefe lo llama y le dice Sergio regresa te aumentare el sueldo y te ascenderé el sueldo, Sergio le dice: pero señor no hare lo que me pide. El jefe le responde: Sergio, exactamente esto era una prueba, para probar que tan buen trabajador y honesto eres, y que a pesar de que necesitarás el dinero, resultarás no aceptaste, por qué este tipo de trabajadores necesitamos, eres un excelente trabajador. Asustado Sergio le dice: Gracias señor, muchas Gracias, bueno me voy, tengo que llamar a mi esposa, Sergio llama a María y le dice: mujer me ascendieron, todo era una trampa, no perdí mi trabajo, María Feliz le responde: Sergio Dios está con nosotros, en el hospital nos encontramos, tengo que ir a ver a Mandira le darán sus resultados, llega María y le dice Mandira hija mía como estas, ella responde muy apresuradamente. Bien mamá, no tengo nada en la tomografía saldrá que no tendré nada, la virgen me lo dijo en mi sueño me mostro mis resultados, su madre asustada le responde: Hija si la virgen te lo dijo así será, María al ver la aptitud de su hija la mira fijamente y le dice: “Eso espero hija mía”, al llegar el Doctor pregunta: ¿Cómo estas Mandira?, ella responde: Bien doctor, la Virgen me dijo en mi sueño que no tengo nada, èl doctor le responde: Mandira pues es exactamente cierto, no tienes nada y te voy a dar de alta,  te puedes ir hoy mismo a tu casa, solo tiene que ir tu madre a firmar y por casualidad que ¿Qué carrera piensas estudiar? La jovencita responde: Pienso estudiar medicina, y ser neuróloga. El Doctor le responde y le dice persigue tu sueño Mandira sigue adelante. María le dice Mandira hija ya firme el acta y ya nos podemos ir, llega enseguida Sergio y le dice Hija vámonos, y le da un fuerte abrazo, eres muy importante para tu madre y para mí,  al salir del hospital el vigilante le dice hasta luego señores y que bueno que este bien su princesa, Mandira le dice al señor: Gracias por contarme la historia  la Virgen me ayudo, Adiós Señor, al salir Mandira con sus padres del hospital mira que en la esquina había un grupo de jóvenes que estaban bebiendo alcohol, con cigarrillos; Mandira le dice madre habéis tenido razón al decirme lo que te dijo aquella vez aquel señor que encontraste en la calle que lo jóvenes somos náufragos en busca de agua y lo único que hacemos es beber el agua salada, esa trae el alcohol, drogas, tabaco, pornografía, rebeldía y desmanes son agua de mar, y que  quienes la beben no mitigan su sed, al contrario mueren más rápido , Madre tenías  razón y ahora entiendo aquello que me contaste y que Dios está con nosotros y que el mejor refugio es él.

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SOÑAR PARA VIVIR

© 2016 por  Luz Gabriela Salazar Avila  

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